El uso de las plataformas educativas está revolucionando la forma en la que aprendemos, abriendo nuevas e interesantes posibilidades que superan los límites del tiempo y el espacio para que la formación ya no tenga fronteras.
Todas las plataformas son igual de válidas para empezar a montar un entorno de aprendizaje con los alumnos, respetando la necesidad de intimidad y protección de datos que se exigen a la administración educativa. Algo que las hace ideales para ser usadas por los centros educativos y docentes.
Una plataforma educativa es un entorno virtual de trabajo que permite al profesor interactuar con los alumnos y viceversa, por lo que consigue una comunicación bidireccional. Las plataformas educativas engloban diferentes tipos de herramientas informáticas, cuyo objetivo es la creación y gestión de cursos, para poder impartir formación online y apoyar o complementar la formación presencial, sin necesidad de tener conocimientos de programación.
Cuentan con distintos módulos que permiten responder a las necesidades de gestión de los centros a tres grandes niveles: gestión administrativa y académica, gestión de la comunicación y gestión del proceso de enseñanza aprendizaje.
Dan servicio a cuatro perfiles de usuario: administradores de centro, padres, alumnos y profesores. Cada usuario está identificado mediante un nombre de usuario y una contraseña, para acceder a la plataforma. Por lo que el entorno de trabajo es cerrado y la interacción entre usuarios es controlada.
Proporcionan a los usuarios espacios de trabajo compartidos destinados al intercambio de contenidos e información, incorporan herramientas de comunicación (chats, correos, foros de debate, videoconferencias, blogs, etc.) y, en muchos casos cuentan con con herramientas propias para la generación de recursos.
Las plataformas son aplicables tanto a la enseñanza presencial como a distancia, siendo un gran recurso didáctico que enriquece el proceso de enseñanza aprendizaje, facilita la evaluación y relación continua con el estudiante. Las plataformas educativas por si solas no sirven para cambiar la relación entre profesor y alumno, ni pueden modernizar el proceso de enseñanza. Lo que sí cambia es la organización de espacios y tiempos, pues en general el acceso a estos contenidos se puede hacer desde cualquier lugar y a cualquier hora.
Por ello es imprescindible la figura del docente para planificar los objetivos, contenidos y modelo de enseñanza a utilizar (clase magistral, trabajo en grupos, aprendizaje colaborativo,…), quién puede implementar todo ello a través de las plataformas y herramientas informáticas educativas.