Ante el cierre de los centros educativos, se está tratando de normalizar al máximo posible la la formación online de la mano de la tecnología y aplicaciones educativas. Dos semana desde la suspensión de las clases presenciales y ha habido momentos en los que la capacidad de diferentes portales educativos virtuales se han visto resentidos, ante una demanda masiva, aunque su funcionamiento se va normalizando poco a poco. La herramienta tecnológica o plataforma educativa de la que más he oído hablar es Google Classroom.
Por lo general existen mecanismos y recursos suficientes a disposición del profesorado. Otra cosa es ponerlos todos en funcionamiento a la vez y deprisa. Con un plazo de tiempo más extenso estaría funcionando mejor, pero las circunstancias excepcionales así lo requieren.
La consecuencia es que los alumnos han retomado su aprendizaje de forma online, algo para lo que nuestro sistema educativo no está preparado. Cada centro educativo como los docentes se las están apañado como buenamente pueden. Mientras que por otro lado es mayor la preocupación que nuestros hijos aprueben a que aprendan. Así que este año va a ser sin duda el más fácil de aprobar que en otros cursos.
Ante el nuevo escenario que se ha presentado es necesario los conocimientos y habilidades que permiten un uso seguro y eficiente de las tecnologías de la información y las comunicaciones. A esto se le conoce como competencia digital, la cual se ha de tener en cuenta en los centros educativos, los docentes y los alumnos.
Los centros educativos tienen que promover la cultura de aprender y trabajar digitalmente. Mientras que los docentes han de mejorar la competencia digital a través de la formación continua. Con los alumnos se ha de poner en marcha iniciativas de formación y colaboración con las familias en la adquisición y desarrollo de la competencia digital.
La necesidad urgente de introducir de forma integral la tecnología en el sistema educativo. Y aunque en España presumimos de nuestra red de telecomunicaciones, lo cierto es que estamos muy por detrás de los países más avanzados en el uso de la tecnología tanto en las empresas como en otras facetas de nuestra vida como es el caso de la educación. En uso y números de teléfonos móviles para consumo de contenidos un tanto estúpidos pienso que estamos a la cabeza.
En mi opinión hemos de aprender de las deficiencias en el sistema educativo en general, y en particular con el bajo nivel de competencia digital que se han puesto de manifiesto con la pandemia del COVID 19. No confío mucho en las administraciones públicas que, como siempre hacen, en cuanto la pandemia se diluya, todas las promesas que ahora oímos pasarán a un segundo plano. Por ello es necesario que los centros, profesores, familias y alumnos trabajemos juntos por la mejora del sistema educativo.