El inicio.
En el claustro extraordinario que tiene lugar durante la mañana del viernes 13 de marzo, se informa de la suspensión de las clases presenciales como consecuencia del COVID 19. Los acontecimientos que venían sucediéndose durante las últimas semanas a lo largo y ancho de España debido al COVID 19, hacía presagiar que se suspenderían las clases presenciales en cualquier momento. Este hecho se repitió durante esa semana en toda España.
Durante toda la mañana hubo un desconcierto generalizado en el centro, tanto por parte de los profesores como de los alumnos. Las instrucciones recibidas son las siguientes:
1.- Comunicar a los alumnos y familias que las clases pasan de ser online hasta nueva orden.
2.- Los docentes mantendremos la comunicación con alumnos a través de los medios que nos facilita la Consejería de Educación.
3.- Y preparar tareas para enviar a los alumnos.
Pues hasta aquí todo parece claro, aunque he de decir que a la falta de información por la excepcionalidad de la situación…y a mi entender, donde coincido con varios compañeros, ha faltado establecer normas y criterios de funcionamiento relacionados con el teletrabajo.
¿Y ahora qué?
Hoy lunes 16 de marzo, los centros educativos han comenzado a poner a prueba las herramientas telemáticas como única vía posible para continuar las actividades lectivas ante la suspensión de las clases. Este fin de semana el profesorado ha tenido trabajo para organizar y programar las tareas durante este período.Las páginas webs de los centros educativos serán el medio principal de comunicación.
Desde primeras horas de la mañana comienza mi jornada laboral en modo teletrabajo. En apenas unos días la totalidad de docentes de España ya estamos en modo teletrabajo o impartiendo clases online.
A lo largo de la mañana los correos electrónicos de los docentes y alumnos no paran de enviar y recibir email con instrucciones. La consigna es enviar tareas por correo electrónico de las diferentes materias y asegurarse que todos los alumnos les lleguen las tareas a realizar.
La jornada se está haciendo interminable. Cada uno de nosotros va funcionado como buenamente puede o sabe. El objetivo es contactar y atender al alumnado en la menor brevedad posible.
En lo que a mí respecta, dispongo de un blog desde hace 6 cursos, el cual compagino con la plataforma educativa Classroom en este curso. Por lo que mis alumnos vienen accediendo y trabajando desde inicio de curso a Classroom, realizando diferentes tipos de tareas así como cuestionarios de google Forms.
Ello me ha sido de gran utilidad en estos momentos para establecer comunicación con alumnos. Desde inicio de curso hasta ahora, los alumnos han estado accediendo a los contenidos teóricos y tareas de Classroom con cierta regularidad.
La falta de unificar criterios de funcionamiento y establecer normas básicas está siendo evidente a lo largo de la jornada. Ello se está acentuando por el bajo nivel de competencia digital tanto de alumnos como parte del profesorado. Los alumnos comienzan a tener dificultades en el manejo de dispositivos y al manejar dos cuentas de correo electrónico, la facilitada por el centro y la suya personal.